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Espacioindependiente nº 604, jueves 13 de junio, 2024

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¡Alto a la barbarie!

¡Ningún compromiso con los partidos franquistas!

El ascenso de la extrema derecha parafascista en votos y escaños en las elecciones europeas es toda una señal de alarma. Todos los partidarios de los derechos democráticos y sociales se preguntan ¿A qué se debe esa amenazante subida electoral? Sin duda, esta pregunta abre el debate necesario sobre la situación política internacional y nacional, después de unas elecciones europeas marcadas por la generalización de la guerra imperialista.

La crisis política europea se combina con una tremenda abstención ante las urnas de los sectores obreros y populares más afectados por la especulación y la precariedad. Vaya por delante que las elecciones son siempre un espejo más o menos deformado de la realidad. Las condiciones de crisis y guerra, la falta de salidas políticas claras a ojos vista de la mayoría social, no han hecho sino llevar al extremo esta distorsión evidente, entre las aspiraciones sociales mayoritarias y el resultado electoral. La masiva abstención es sin duda la primera expresión de un profundo rechazo al sistema de representación europea y a las mismas políticas que se consensuan entre socialdemócratas y populares. Es, en definitiva, el desprecio de la mayoría a un parlamento sin poderes, falsamente democrático, es decir, sin capacidad soberana para resolver los problemas de la inmensa mayoría.

Las movilizaciones contra la guerra recorren la mayoría de los países europeos de la UE, pero no han podido reflejarse en las urnas sino en forma de abstención-rechazo. En muy pocos países los trabajadores y jóvenes han encontrado defensores del alto el fuego inmediato frente a la guerra y el genocidio, tal y como ha sucedido muy parcialmente en Alemania o Eslovenia. En el caso español, la confusión generada por los líderes de la izquierda oficial -PSOE y Sumar- sobre las cuestiones esenciales, y el intento del régimen de que no se vote contra la guerra y la austeridad, incluso ha llevado a los tribunales a impedir la presentación en las elecciones de la coalición Paz Soberanía Democracia, en una grave conculcación de derechos fundamentales, como el derecho democrático a elegir y ser elegido. Por ello, dicha coalición, de la que es parte la Plataforma contra la Impunidad de los Crímenes del Franquismo, se ha visto ante la necesidad de denunciar al Estado Español ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por violación de derechos democráticos fundamentales.

En toda Europa, los partidos socialdemócratas han retrocedido con más o menos importancia dando paso a formaciones fascistizantes. La mayoría que se ha abstenido y sectores de votantes han castigado a partidos que gobiernan en complicidad con las políticas de guerra. En España, los franquistas han vuelto a ser mayoría electoral, aunque insuficiente para forzar elecciones generales como ha sido el caso francés. Hasta hace poco, los partidarios de la burocracia de Bruselas -tanto socialdemócratas como populares- pretendían justificar su existencia como solución frente a la guerra, ahora se muestran sumisos a las exigencias de los EEUU y de la OTAN. El canciller alemán, Olaf Scholz, amenaza a Rusia con los misiles de la OTAN, y el derrotado presidente francés, Macron, habla ya de enviar tropas a Rusia.

 La situación de profunda crisis política e institucional del régimen de la monarquía se expresa ahora en la sublevación de togas que ha seguido a la publicación de la Ley parcial de Amnistía en el BOE. Buena parte de las altas magistraturas se revuelven contra la ley aprobada, y acosan de forma directa al Presidente del Gobierno con acusaciones de corrupción a su mujer y su hermano, con investigaciones en las que participa la Unión Europea. Sánchez responde muy débilmente con que va a aprobar una inmediata agenda política progresista, cuando ya la izquierda oficial ha perdido millones de votantes, y los que votan por candidatos oficiales lo hacen a pesar de las políticas que no comparten. La “Ley mordaza”, como la impunidad de los crímenes del franquismo, siguen vigentes, y la complicidad gubernamental con la guerra y el genocidio es evidente.

Las dificultades de la izquierda oficial son claras, reflejadas en la caída de la formación artificial que es “Sumar”, de la que ha dimitido de sus responsabilidades políticas, pero no de gobierno, su lideresa y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; conglomerado que ha estado destinado a soportar las políticas del gobierno monárquico. Muy parecido a lo que sucede con el retroceso político evidente de Esquerra Republicana de Cataluña y las crecientes dificultades para formar gobierno.

El gobierno de Sánchez se ve obligado a levantar todo tipo de farsas como la montada por el ministro de Asuntos Exteriores, tres días antes de las elecciones europeas, difundiendo que su gobierno está apoyando la denuncia sudafricana contra el Estado de Israel, viéndose obligado a rectificar a las pocas horas, diciendo aquello de que “España no toma partido por ninguna parte del proceso, sino a favor del tribunal” (¡Acabáramos!). Mientras, la represión policial de la Ley mordaza se ha empleado estos días contra los estudiantes y profesores que han encabezado las acampadas en las principales universidades.

A diferencia de lo sucedido en Europa en los años 30, las bandas fascistas que obtienen buenos resultados electorales -con enormes apoyos de grupos capitalistas y con las puertas que les abre la política oficial- no tienen aún un respaldo importante; con algunas excepciones, como es el caso de Meloni en Italia, que se convierte en aliada imprescindible de la Comisión Europea. La contradicción política en la que vive la Unión Europea se refleja en las encuestas de opinión que revelan cómo la gran mayoría se opone a las políticas de guerra, pero no encuentra la formación política en la que depositar su confianza electoral para hacer posible sus aspiraciones de paz y trabajo.

El próximo domingo día 16 de junio hay convocada una movilización republicana estatal. Las víctimas del franquismo y los colectivos latinoamericanos y africanos de la Ronda de la Dignidad participaremos con nuestras propias pancartas, banderas y consignas. La cuestión monárquica en España es la clave de toda acción política, de todo programa democrático y social. El régimen de los herederos de Franco está siendo sostenido directamente por las políticas de pactos y consensos, que se inauguraron con los Pactos de la Moncloa, y se prolongaron con los acuerdos que dieron lugar a la Constitución del 1978 y la alternancia en el gobierno entre el PSOE y el PP: cuarenta y seis años de continuismo franquista-monárquico, de total impunidad de los crímenes cometidos que afectan a más de tres millones de personas. Defender todo lo público, la sanidad y la educación, los transportes y las pensiones, es también una cuestión republicana, como lo es la separación Iglesia-Estado, acabar con la intromisión de la Iglesia en la escuela. Frente a las políticas de la PAC, de los fondos buitre de la Unión Europea, también es republicano reclamar la reforma Agraria Integral, que acabe con el latifundio y la especulación.

A todos cuantos se reclamen de la democracia y de los derechos sociales les llamamos a participar en la movilización republicana del próximo día 16, para rechazar en común el continuismo franquista y la impunidad, para exigir al PSOE y Sumar, y a los que sostienen el gobierno monárquico, que rompan todo compromiso con los partidos franquistas, que rompan los consensos con las altas magistraturas del Estado y, en primer lugar, con el monarca heredero de Franco.

¡A las 11:30 del día 16 os esperamos en la Plaza de Neptuno esquina con el Hotel Ritz!