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Espacioindependiente nº 554, jueves 4 de abril, 2024

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¡Alto a la guerra y el genocidio!

España debe renunciar a la guerra como instrumento de política nacional

España no está aún en guerra, pero su gobierno sí aplica una política de guerra impuesta por los EEUU y la OTAN, ocultando ante la opinión pública sus decisiones. No hace muchos días que ministros españoles del Gobierno del PSOE y SUMAR manifestaban alegremente -como los principales estados de la OTAN- amenazas de generalización de la guerra. Desde el Presidente francés, Monsieur Macron, a los verdes alemanes, se viene amenazando públicamente a todos los pueblos de Europa con el inmediato envío de tropas al frente de Ucrania. Desde que estalló la guerra de Ucrania, el Reino de España se ha puesto al servicio de los planes de guerra que le han dictado, manteniendo el comercio de armas con Israel, comprando aquellos mecanismos que los cazas israelíes han demostrado su eficacia en los constante bombardeos a la población civil de Gaza. Así mismo, ha enviado numerosas armas al régimen de Zelenski en Ucrania, donde cabe destacar el envío continuado de minas anticarro, drones, misiles, munición de artillería, vehículos militares y tanques; desprotegiendo nuestra seguridad con más bases militares.

El pasado año, el Gobierno español ofreció a la OTAN el puerto de Mahón, uno más de las muchas bases, puertos, aeropuertos y acuartelamientos (públicos o secretos) que existen a lo largo y ancho del país. Y ello se hace mediante “autorización diplomática permanente” para que en el puerto de Mahón puedan atracar y fondear buques de guerra norteamericanos que participan en la operación “Guardián del Mar”, consistente en convertir los barcos de guerra norteamericanos en la verdadera policía del Mediterráneo. Militarización y cierre de fronteras que provoca miles de desaparecidos. El puerto de Mahón y sus instalaciones militares están siendo destinadas a controlar el movimiento de los barcos rusos, reorganizando fuerzas navales que, a pretexto de la piratería, intervienen también en el Golfo de Guinea, el paso por el Mar Rojo y el África Occidental.

La última Cumbre de la OTAN celebrada en Madrid, el acuerdo militar entre EE UU y España firmado de nuevo en 2022, prolongan el Acuerdo de Amistad entre Franco y los EE UU, estando ahora Podemos en el gobierno. Se establece con ello una estrategia de guerra contra la migración africana a Europa, que se refleja en la imposición del Pacto Europeo de Migración Asilo, contra el que cientos de organizaciones llaman a la movilización esta misma semana.

 Esta estrategia del Flanco Sur conlleva la colaboración militar, en primer lugar, con Marruecos, para que este actúe como agente imperialista delegado en la zona. La entrega ilegal de Sánchez del Sahara Occidental a Marruecos se enmarca en este contexto geopolítico más general, que es el de la recolonización, buscando la apropiación de los recursos naturales de África y la manipulación de fuerzas terroristas como el Estado Islámico, Al Qaeda, Boko Haram … A ello se oponen, en forma diversa, los levantamientos populares contra la guerra de fuerzas nacionalistas en Malí, Burkina Faso, Níger, es decir, movimientos de oposición a la presencia en la zona de multinacionales de países imperialistas y sus ejércitos coloniales. El reino de España, aliado de los EEUU y miembro de la OTAN, participa desde el inicio de la guerra en Ucrania en el despliegue de tropas y aviones de combate en las mismas fronteras de Rusia, en Bulgaria, Rumania, Polonia y Letonia…

La política internacional de guerra imperialista entra en una nueva fase de exterminio de la población. El gobierno fascistoide de Netanyahu se plantea acabar con hombres, mujeres y niños por centenares de miles, con todo superviviente tras seis meses de acoso. El asesinato premeditado de siete trabajadores de la ONG norteamericana del chef español José Andrés ha puesto las cosas en claro. La ONG, financiada por el gobierno norteamericano (World Central Kitchen), ha sido un objetivo militar selectivo del genocidio israelí, y no un “daño colateral de guerra”. El ejército de ocupación israelí conocía la trayectoria del vehículo, totalmente identificado sin lugar a confusión; además acababa de pasar la frontera controlada militarmente. Pese a todo, el ejército sionista, financiado y armado por los EEUU, disparó tres misiles contra el vehículo cuando se proponían repartir algunas raciones de comida entre la población hambrienta. El mensaje de los crímenes del Estado de Israel y sus impulsores es bien sencillo: para Netanyahu, es algo lógico, que sucede en la guerra. El jefe de Estado Mayor del ejército israelí se justifica diciendo que no tuvo “intención de dañar a los trabajadores humanitarios”, y todo se debió a una “identificación errónea”. La realidad es que tratar de evitar la muerte por hambre de cientos de miles de personas (incluso si las ONGs son norteamericanas y vinculadas al sionismo presente en el partido demócrata), esta acción humanitaria se paga con la vida de los trabajadores cooperantes.

La producción de armas bate récords y los beneficios de los grupos industriales dedicados a ello hacen inmensos beneficios. Solo EE UU acaba de decidir la inversión de 800.000 millones de dólares en armas, cuando buena parte de la población carece de sanidad pública, y los pobres mueren por las calles sin atención alguna. La desigualdad y la pobreza se multiplican en todas partes al calor de la política de guerra con la devaluación evidente de la capacidad de compra de salarios y pensiones.

Nos indigna la complicidad de los gobiernos que se reclaman de la democracia con las políticas de guerra. Tal es el caso del gobierno monárquico español, y de la misma Unión Europea absolutamente otanizada. Esto nos lleva a pensar en la esperanza del cambio en el abril de la República: una nueva primavera republicana para los trabajadores y pueblos de España, que nos traiga paz con justicia social, y la retirada de las tropas desplegadas en decenas de conflictos. En la Ley de leyes de la Segunda República española se establece (art. 6) una cuestión clave de principios políticos, haciendo referencia a la lucha por la paz contra la guerra: “España debe renunciar a la guerra como instrumento de política nacional”.

A diferencia del sistema político de la reforma franquista, cuando el régimen de la monarquía hace de la guerra y las armas uno de los principales resortes de su actividad, y el gobierno de coalición va en el mismo sentido que el régimen del que forma parte, el sistema republicano por el que abogamos se identifica con los valores expresión de la voluntad libre y soberana de sus pueblos. Sin jefatura de Estado impuesta por leyes franquistas, que goza de plena inmunidad e impunidad legal, convirtiéndola así en propiedad privada de una familia de multimillonarios que participan de todo tipo de negocios corruptos. Lo cual sólo es posible en base a la representación antidemocrática que ostentan con evidente abuso de poder; de forma que las máximas autoridades del Estado viven por encima y al margen de la ley.

En el aniversario del 14 de abril de 1931 reclamamos paz frente a las políticas de guerra imperialista. Exigimos el derecho a decidir de forma libre y democrática sobre monarquía o república, en oposición a un trono que se hereda por sangre y niega de por sí los principios de igualdad ante la ley y de oportunidades. En el próximo aniversario de la proclamación de la República decimos:

¡Alto a la guerra y el genocidio! ¡Abajo la Monarquía! ¡República para los trabajadores y pueblos de España! ¡Asamblea Constituyente libre y soberana que haga ley la voluntad popular libremente expresada!